viernes, 5 de abril de 2013

La integridad en el Tao



Una de mis anécdotas favoritas involucra a mi abuelo, una mañana me ofreció galletas en un vaso con Coca Cola y yo le coloqué cara de asco- “esto es horrible”, y el me dijo “es muy bueno”, a lo que le pregunté “¿Cómo lo sabes?” y su respuesta fue profundamente filosófica “porque la he probado y me encanta”.

Lo más sencillo
¿Quién puede contradecir a un abuelo?, creo que nadie, porque los lazos afectivos y de experiencia en vida siempre le dan razón, además que realmente aquella mezcla resultó ser divina.
Así es el Tao, leer sobre él, estudiar y analizar no sirve más que para tener una referencia escrita, hay que empezar “a andar hacia el camino” para entender dos cosas.
La primera, comprender algunos principios del Tao puede llevarte toda la vida, y la segunda es que justamente entendiéndolos estás disfrutando del Tao.
El Tao no es una filosofía para ser aprendida, es para ser aprehendida, por ello sólo se le conoce si se le vive, algo así como la experiencia de mi abuelo con sus galletas y refresco.

Integridad y Tao

Según la Real Academia Española de la Lengua, Integridad es la cualidad de ser íntegro, que como adjetivo se refiere a no carecer de ninguna de sus partes, y a su vez califica también a una persona como recta, proba, intachable.
En esta definición está escondido uno de los principios más importantes del Tao.
Entendiendo que las personas están conformadas por partes, siendo su cuerpo una de ellas, su mente y su espíritu las otras dos, una persona íntegra es aquella que no carece de alguna de sus partes.
La carencia puede ser por la no existencia, pero también por la ausencia, entonces tener espíritu o mente disociadas del cuerpo, o tener a las tres partes bailando un joropo cada una por separado también se considera una carencia.
La integridad es la unificación bajo una misma línea de mente, cuerpo y alma. Esa misma capacidad trae como consecuencia uno de los tesoros más buscados por la humanidad, la paz interior.
Como si se tratase de un vaso de galletas con refresco, las galletas solas no pueden contener todo el sabor, el refresco solo tampoco, es su combinación lo que produce la esencia.
Para poder caminar en el Tao es necesario invertir tiempo para alinear las partes del ser bajo un mismo principio, si no se estaría estancado, porque un ser no puede avanzar si alguna de sus partes está en otra vía o sintonía.
Tan solo el equilibro de las tres partes pudiera ocuparnos varios años, pero de eso se trata, la alineación se logra por experiencia.
Al alcanzarlo, se abre ante nosotros el Tao, ese camino a recorrer para conectarse con el Universo.

Joe Carroll y la integridad

Evidentemente la integridad se puede alcanzar sin lograr conseguir el Tao, un ejemplo de ello es Joe Carroll, un asesino en serie que logra alinear su cuerpo, mente y espíritu bajo una misma premisa, ser un asesino despiadado.
Esa integridad le convierte a Carroll en una fortaleza inexpugnable de la maldad, por eso es que la definición de la RAE sobre la cualidad de integridad también conlleva el camino recto, allí donde está el Tao The King o Dào Dé Jing, que es simplemente el camino que se sigue hacia la realeza, visto desde la definición de que lo real en Oriente es lo correcto e intachable.

Empezar a caminar hacia el Tao

Sin duda es emocionante iniciar un camino al encuentro del Tao, muchas disciplinas como la Yoga y el Tai Chi centran sus conocimientos sobre el ancestral Tao, por eso practicarlas es una forma de aprender a elaborar el refresco con galletas.

Les invito a descubrir la emocionante aventura de conseguir el Tao, ¡no se arrepentirán!