lunes, 11 de julio de 2016

El rincón desde donde escribo



Hace unos años, exactamente el 15 de noviembre de 2007 comencé este blog, un proyecto que nació a la par de Radio AYRE digital de mi amigo Daniel Santos, ambos eran proyectos de espacios para escribir entradas de aquellas cosas que nos llamaban la atención y no nos publicaban los medios en los que trabajábamos, y para tener una emisora de radio digital online gratuita, como un juego a emprender algo propio.

Ambos proyectos mutaron, AYRE Venezuela ha crecido con Daniel y ahora es un proyecto poderoso de noticias y mantiene fiel su formato de radio digital con la incorporación de señal de vídeo en vivo y un carácter informativo.

Este blog se ha vuelto un espacio más íntimo para hacer lo que tanto me gusta y mi día a día me lo impide, pensar y escribir.

¿ Por qué escribo?  
Hay cosas del mundo que no logro comprender, y escribir es un proceso digestivo, mientras lo hago voy digiriendo aquello y le saco provecho, siempre con una visión constructiva de la vida. Manteniendo claro mi objetivo de ofrecer herramientas para que todos, incluyéndome, mejoremos nuestra calidad de vida.

Aquí en este espacio, como autor me diluyo y me difumino entre la realidad que narro, no hay un punto para separar el espacio en el que comienza lo externo y lo interno, porque al final la realidad del mundo es un poco un acuerdo colectivo de lo que vemos desde adentro de nosotros.

En este blog me impulsa desde hace unos 9 años lo que soy, puramente mi esencia, y como siempre he dicho a mis alumnos, la única forma de ser verdaderos comunicadores exitosos es identificando aquello que te motiva a comunicar. Porque por más tropiezos, amenazas, golpes, y obstáculos que te encuentres, siempre seguirás comunicando con pasión.

Y la pasión debe ser una dosis justa en cada una de las cosas que hacemos.

Escribo para compartir, para que el que me lee, como ha sido hasta ahora, se sienta identificado y me escriba, acordemos o desacordemos con respeto, inteligencia y tacto.

Porque somos personas y el don de ser educados y reflexionar sobre lo que hacemos es, hasta ahora, exclusivo de nuestra especie. Aunque no dudo que existan animales en el planeta que puedan reflexionar, y seguramente mejor que algunos humanos, lo que pasa es que no lo sabemos.

Escribo este post como presentación de este espacio, que sirva como un letrero de esos que colocan en los Parques Naturales, para advertir a quienes llegan por primera vez, que lo que se conseguirán aquí dista de lo que seguramente esperaban.
¡Bienvenidos sean todos!
    

martes, 12 de abril de 2016

El compromiso de la felicidad




Son muchas las formas de ser feliz, o de creer serlo, y animarse a invocar a los cuatro vientos la felicidad para otros, con caminos decorados por libros, esencias, consejos y rituales que, cual alquimia, vuelven lo amargo en dulce.

Hay personas que encuentran placer en la búsqueda hacia la felicidad, y otros que afirman que se es feliz cuando se hace lo que realmente “place”. Y si de las vías hacia la felicidad habláramos no terminaría este post.

De todos los caminos me veo atraído por el más sencillo, y no el más simple, que reconoce a la felicidad como una opción o modo, y no una acción.

Pero este camino encierra un compromiso, un pacto consigo mismo.

De la envidia y la felicidad
Para mí no hay forma de volverse feliz, no hay camino. Se es feliz y ya, o no se es. Y es una clara elección en la vida que se puede aplicar para todo.

Hay personas que son felices con sus empleos y otras no, de ellas las hay felices con lo que hacen aunque no sea lo que les apasiona (aunque pocas) y la mayoría felices con lo que siempre han querido hacer. Y hay quienes infelices con sus dones, hacen las cosas para las que nacieron de forma infeliz.

La ignorancia te hace feliz
Sin duda que una forma magistral de ser feliz es a través de la ignorancia, pues el desconocer sobre un tema te exime de cualquier preocupación, así pues es feliz el niño que desconoce la pobreza de su hogar, como lo es el que desconoce el peso que representa la riqueza en el suyo.

¿Entonces el conocimiento es infeliz?, si conoces para ser feliz, no. Hay quien elige ser infeliz hasta cuando aprende. Y aprende desde el dolor, cree que el conocimiento es un peso, y conlleva sufrimiento. Hay sociedades completas montadas sobre este argumento. Inserte usted los ejemplos.

Sobre el dolor del conocimiento ya se ven luces en El nombre de la rosa de Umberto Eco.

El peligro que se corre cuando la felicidad proviene de la ignorancia, por encima de cualquier otro camino para conseguirla, es que te invita a ser un sujeto manipulable, que lejos de tener una crítica posición sobre ciertos temas que te hagan feliz; te hacen ser feliz, mientras otros deciden tu suerte.

Muchos murieron de hambre en la edad media, felices porque iban al encuentro con Dios, desconociendo que morían porque había manos humanas detrás decidiendo lo que debía pasar en sus vidas.

Muchos mueren hoy, en la feliz ignorancia del placer de malgastar su tiempo de vida disfrutando del entretenimiento que les permite la tecnología, y un mundo efectista, mientras otros deciden qué hacer con sus vidas.  

sábado, 9 de enero de 2016

Mi botiquín de primeros auxilios emocional

Botiquín de primeros auxilios emocional

No les he hablado sobre mi botiquín de primeros auxilios emocional. Y creo que es buen momento para hacerlo.

Hace unos meses decidí emprender un viaje, dejé mi zona de confort y abandoné mi casa, mi calle, mi barrio, mi país, mi continente, y me vine a nuevas tierras, a probar suerte.

Como todo aventurero, he tenido días duros y nobles, todos con aprendizajes muy valiosos. En los días más complejos recurro a parte de mi botiquín de primeros auxilios emocional.

Al igual que cuando nos herimos contamos con un pequeño estuche con elementos de emergencia para detener el dolor, el sangrado, cubrir una herida y desinfectar. Yo tengo uno pero para las heridas del alma.

Son muchas las heridas que en una aventura se pueden producir. En tu cabeza y en tu corazón pueden abrirse y comenzar a doler, sangrar y hasta infectarse de muy malas energías.

Recuerda, eres los pensamientos que siembras, si en tu mente cultivas ideas negativas serás un nudo de problemas, si siembras en positivo recogerás tesoros valiosos.

Para curar mis heridas este botiquín de primeros auxilios emocional está compuesto por varios elementos. Primero una camisa de mi esposa con su perfume, que me recuerda la razón principal por la que lucho, mi familia. Segundo un buen dísco de Fito Páez, una conexión musical con mis mejores momentos de vida en Caracas, Tercero mis acuarelas y papel para pintar. Cuarto, un paquete de cinco libros que NUNCA conseguiría en Barcelona (editoriales venezolanas).  Quinto, foto de cada uno de mis maestros de vida, esas personas que ya no están vivas y a las que puedes hablarle a las fotos. Sexto, cinco cartas de personas a las que le cambiaste la vida y te agradecieron. Séptimo, unos collares regalados. Octavo, las tarjetitas de santos que me regaló mi abuela, mi cuñada, y mi mamá. Noveno, una foto de mi familia. Décimo, un detalle que me recuerda cada viaje que he hecho dentro de Venezuela y fuera. Onceavo, una insignia de mis equipos deportivos, aquellos por los que grité con furor.

Este botiquín lo puedes armar tu con ajustes a tu medida, pero lo importante es que siempre te cure. Tal cual como lo hace el que usas para el cuerpo.

Recuerda, en las emergencias, incluyendo las emocionales, es mejor siempre estar preparado.

¡Hasta una próxima oportunidad!