viernes, 13 de septiembre de 2013

Amigo, ¡corra!, ¡usted se está matando!



Si va a comenzar a leer este post puede colocar la canción de Pink Floyd “The Wall”.

Levantarse casi de madrugada porque tiene que preparar todo lo del día, la comida, desayunar, vestirse según las exigencias, apurarse, ¡apurarse!

Salir a darse trompadas con la otra gente que anda como usted, apurado, tratando de ganar una lucha contra el inclemente reloj que avanza, ¡corra! Que puede llegar 10 minutos tarde… Y entonces…

Si llega 10 minutos tarde puede ser que lo amonesten, o que lo boten, además todos los demás ya corrieron su maratón para llegar a la prisión, perdón, a la oficina… ¡Corra y siga leyendo! 

Claro, porque usted debe leer, ver su teléfono, revisar Twitter y Facebook mientras se pega con espaldas ajenas, a la par que su rostro se frunce, los músculos se tensan, porque su cuerpo entiende que está en medio de una guerra.

La terrible guerra de la mal llamada “productividad”.

Algunos mitos

En las sociedades occidentales se ha creado la falsa ilusión de que llegar más temprano y a una hora en específico hará que el trabajo colectivo sea más productivo. Seguramente esto tiene sus orígenes en algunas escuelas positivistas de la cultura organizacional que establecieron los principios del horario y la productividad hora/hombre.

Les invito a apasionarse en la lectura de la cantidad de patologías psicológicas, emocionales y físicas que se han originado en el nombre después de la Revolución Industrial.

Coloqué el tema de Pink Floyd porque de cierta forma está identificado de una tendencia anti industrial que marcó buena parte del siglo XIX y XX, algunos hombres culpaban a las máquinas de los problemas que estaban sufriendo, pero la culpa nunca es de la tecnología, sino de quien la produce y las normas que coloca.

Esas escuelas basaron sus principios en la “productividad” un concepto que desde mi punto de vista ha arrojado demasiada basura al mundo para lo poco que ha aportado.

Productividad es la causante de el exceso de contaminación en el Planeta, a la par es la primera responsable en la desviación de las conductas del hombre, y su ruptura con el mundo real.

En occidente productividad tiene que ver con cantidad: de horas invertidas, de máquinas trabajando, de productos elaborados, de dinero producido.

Pero nadie de esas escuelas pensó en las consecuencias que traía la productividad, muy apasionados del pensamiento positivista, no midieron otros aspectos que, en sumatoria, hacen de la productividad un ridículo espectáculo que caduca.

Usted no sería capaz de correr un maratón hoy, evidentemente si lo hace llegaría detrás o sobre la ambulancia, para un maratón la gente debe prepararse.

Pues resulta que usted pasa 18 años de su vida (en América esto no aplica, pues los niños deben salir a producir) y de sopetón le mandan a correr el maratón.

Consecuencias

Usted está yendo contra su naturaleza, nuestro organismo está diseñado fisionómica y orgánicamente para recibir “puntuales momentos de estrés”, piense que es un tigre, tiene capacidad para gastar su energía puntualmente en conseguir comida, luego debe reposar.

La mayoría de los animales tienen este sistema de “gastar energía puntualmente”, por una cuestión de salud y de verdadera productividad.

El concepto de productividad no se asocia con cantidad sino con focalización, “estar en el foco, dar en la diana”.

Evidentemente, esta carrera contra su naturaleza le trae consecuencias a la vida humana incalculables.

Como son tan grandes voy a comenzar a explicarlas desde lo particular y hacia lo global.

En usted el organismo comienza a generar dos venenosos factores, productores de múltiples enfermedades emocionales y físicas: la ansiedad y la angustia.

Ambas raíces de la depresión, y la frustración, que son pasos progresivos hacia la neurosis y la psicosis.

Su cuerpo no se comporta racionalmente ante lo que usted le somete, basta con leer el aumento de enfermedades mentales y emocionales que se ha suscitado en los últimos dos siglos. 

La locura es un trastorno complicado, existe desde la antigüedad, pero sin duda en la sociedad moderna se llega más rápido a este estado, y son más los casos.

Físicamente también se dan enfermedades producto de todo esto, si bien en los anales de la historia se tiene conocimiento de estados de locura antes de la revolución industrial, lo que no se tiene es registro de patologías colectivas tan mortales como el cáncer.
Desde mi punto de vista, viendo a amigos y conocidos que han padecido la enfermedad, y que en teoría son “sanos” y no tienen “vicios”, debo atribuir su enfermedad a la forma en que llevan sus vidas, encajada en lo que he explicado arriba.

Es sencillo, usted se está matando todos los días, y esto es literal.

Socialmente comenzamos a producir espacios para la violencia, la competitividad mal sana, lo que genera: envidia, odio, crímenes, y mayor cantidad de estrés.

Sume que va tarde a su trabajo a que pelea con alguien en el metro a diario, y ya tiene el caldo de cultivo para cualquier patología.

Hay entre todas estas enfermedades una que me llama la atención, la necesidad de estar pendiente de la vida ajena. Es para mi esto una patología con claros síntomas y patrones.

Estas personas que viven pendientes de “lo que el otro hace” están enfermas, y deben recibir tratamiento, porque se vuelven realmente improductivas, frustradas, y terminan siendo verdaderos estorbos en las organizaciones.

En lo global, tenemos sociedades divididas, poco claras, cansadas y resistentes a los cambios y a emprender con motivación ideas nuevas.

Producimos contaminación, gastamos nuestra vida, nos enfermamos, morimos, matamos por producir cosas que duran días y terminan contaminando el planeta por siglos.

En este proceso afectamos a las familias, criamos hijos abandonados y débiles emocionalmente, hemos dejado que el hogar se contamine como lo está nuestro trabajo.

La gente busca drenar todo el estrés de alguna forma, de allí que los últimos dos siglos hayan sido los más bélicos de la historia humana.

¿Por qué no cambiar?

Nuestros jefes han crecido en este ambiente, y los jefes de ellos también lo hicieron, para ser exactos son como 200 generaciones bajo este ambiente.

Nuestros jefes viven del miedo, porque sus cabezas y sus negocios “dependen” según ellos creen, de que usted llegue a tiempo, cumpla, haga, y si no lo hace hay que cambiarlo rápido, como el tornillo de una máquina que falla.

A su jefe le interesa que usted se siente, y haga “lo que debe hacer”, lo que pasa es que si usted hiciera lo que debe hacer no estaría allí sentado. Y su jefe lo sabe, por eso busca la forma de recompensarlo para que usted someta su vida a lo que él también hizo.

A un jefe no le interesa que su empleado se vuelva emprendedor, porque tendría que dejarlo de ver como jefe para verlo como igual, y eso es competencia.

Por eso, mientras más ideas usted tenga, más trabajo le será asignado, porque usted es “bueno” mientras esté del lado de su jefe y a su cargo.

Intente usted propiciar un negocio propio mientras trabaja con su jefe y verá como esto se vuelve un problema, que hay que solucionar con su despido.

Y su jefe no tiene la culpa, el responde al ritmo de una sociedad que tiene 200 años enferma.

En conclusión, si a usted no lo mata el “trabajo productivo occidental” y sus consecuencias, puede que termine reuniendo dinero para retirarse a una casa de campo cerca de un río y pescar para tratar de descansar sus últimos años de vida, sin darse cuenta que hubiera podido pasar toda su vida pescando y siendo feliz.

lunes, 2 de septiembre de 2013

¿Cuándo mueres?


Un día de furia. Michael Duglas.

Con el título pudiera pensarse que se trata de cualquier aplicativo que te indica el momento en que la pelona te viene a buscar. No es un aplicativo y tampoco tiene que ver con la pelona real, pero hay muertos en vida caminando, como decía San Agustín.

Mueres cuando…

Te levantas cada día pendiente de ver que está haciendo otro y cómo amargar su vida.

Piensas tener siempre la razón y saber que lo que piensas es lo correcto, lo justo y lo mejor.

Vives atribuyéndole la responsabilidad de lo mal que te va a otro, regando culpa por donde pasas en vez de demostrar lo que puedes hacer.

Intentas siempre ser más… fuerte, hábil, “vivo”, rápido, porque el mundo está hecho para el que es superior en todo.

Tienes poder y amedrentas a otros con ello.

Sólo te importa tu espacio, porque todo lo que consideras erradamente tuyo es lo que te duele, tu esposa, tu familia, tus cosas…

Alimentas tu ego con cosas tan superficiales que tu vida parece un ponqué mal hecho con una cobertura bastante ligera.

Llenas de ruido tu vida, para no oírte, porque escuchar tus propios reclamos se hace sumamente insoportable.

Piensas que vives una película, en la que eres el protagonista.

Trabajas porque lo necesitas y no porque te apasiona.

Crees que tienes tiempo mañana para hacer lo que realmente es imprescindible e importante.

Apoyas una idea porque escuchas lo que otros dicen, y no te detienes un minuto a dudar, a preguntarte, a cuestionarte.

Piensas que tienes derecho a todo sin tener que dar o aportar algo para que suceda.

Exiges lo mejor pero das lo peor.

Crees que porque el destino te premió una vez no debes hacer más nada en la vida para cosechar lo que se te ha dado.

Y así vas muriendo a diario, apestas a cadáver por donde vas caminando, le temes a la muerte cuando llevas rato muerto, pudres lo que tocas y anhelas seguir viviendo.

Las personas le temen a la muerte pero detrás del temor está el egoísmo, el egocentrismo, y el vacío de no haber vivido una vida plena haciendo lo que les gusta.

lunes, 26 de agosto de 2013

Tras la sombra de Santa Rosalía



No es fácil que lo primero que aparezca cuando buscas en internet una información sobre un pequeño poblado de nuestra bella Venezuela sea “encontrado hombre amarrado y abaleado en Santa Rosalía, Municipio Buroz del estado Miranda”.

Esta es la experiencia paranormal de tratar de contactar vía telefónica o digital a una Alcaldía que está a apenas 100 kilómetros de donde te encuentras, pero que pareciera un acercamiento de tercer tipo con seres del espacio.

¿Dónde queda esa vaina?

Hay una expresión que siempre me ha chocado “Caracas es Caracas y lo demás es monte y culebra”, me parece la expresión más ofensiva contra los esfuerzos de habitantes de ciudades más organizadas y hermosas que la capital de Venezuela. Pero debo admitir que por segundos me pasó la expresión por la mente cuando, cansado de todo esfuerzo, no logré encontrar un correo, una dirección, un teléfono, una cuenta en Facebook o Twitter que me ayudara.

El punto en cuestión es la comunidad de Santa Rosalía, Municipio Eulalia Buroz del estado Miranda, famosa región por tener cerca a Higuerote (Población costera de playas hermosas) y Mamporal (Región selvática en costa con formaciones de agua imponentes).

Mi único amigo en la búsqueda fue Google Maps, y estoy seguro que si todo trabajara como Google, esta nota no tendría razón de existir.

En busca del arca perdida…

Han pasado apenas 20 años, y se supone que hay comunidades en todo el mundo con siglos de historia, y la gente las encuentra, pero en el caso del Municipio Eulalia Buroz, parece que se lo hubiera tragado la tierra.

Luego de buscar con Google Maps, comencé a hacer un rastreo de instituciones del Estado Central, Regional y Municipal que tuvieran vida en este municipio, a la par de organizaciones de la Iglesia, Bomberos, policía, Cruz Roja, prensa.

NADIE podía darme respuesta, entonces apareció la primera llamada… Tono de repique y una voz de una señora mayor que me dice “Imagínate, Santa Rosalía está muy lejos mijo, eso está lejísimo”.

Como una frase para iniciar un cuento de Cortazar, por lo menos la voz de la señora me hace saber que a Santa Rosalía no se la tragó el tiempo. Existe

Hasta que punto se anula al otro

En orden, la cosa va así, uno debe buscar en círculos, y vas cerrando hasta las últimas instancias, pero se supone que alguien debe responderte por un pueblo que puede poseer más de 8 mil personas.

Aparece un número telefónico, uno duda porque es un número celular con nombre de alcaldía, pero en la desesperación hay que marcar, contesta una voz gruesa, y te enteras que fue el último alcalde, por lo menos con orgullo para afirmarlo, que estuvo frente a Eulalia Buroz, su frase es contundente “Desde que me fui nadie pagó el teléfono, la luz, yo creo que si tienen teléfono será otro”.

Es una hora y catorce minutos de distancia en carro, pero la pregunta que tengo es puntual, un mensaje, una llamada bastan.

Nadie sabe de Santa Rosalía, llamada tras llamada me lanzan de un lado a otro, y decido buscar en el sitio web del Gobierno del estado Miranda,  hay mapa, no aparece el pueblo, pero hay un teléfono, por Dios!! Es el mismo teléfono de la señora fantasmal del comienzo, estoy dando vueltas…

Empiezo a atar cabos por notas de prensa, resulta que como el Gobierno de Miranda es opositor y el Municipio Buroz es cercano a la Revolución Bolivariana, pues simplemente para uno no existe el otro, y viceversa.

El problema de Santa Rosalía no es un huracán, ni siquiera una inundación, no hubo temblor que se lo tragara, el problema de ese pueblo es que está en medio de un territorio que es de todos pero de nadie.

Al ver el tema político, uno empieza a buscar actores de ambos lados, lo de oposición conocen hasta Barlovento, y eso ya es mucho, un par de activistas de un partido opositor mencionan a Santa Rosalía en unos tweets de hace más de un año.

Carajo, estoy jodido!!, a nadie le importa este pueblo!!

Busco a Corpomiranda y encuentro varias publicaciones sobre el municipio, un par de notas recientes del pueblo. Hay personas haciendo cosas, viviendo!! Teléfono?, Página Web?, de eso nada.

Entonces un tweet del santo sacro SAIME que está en todos lados, hacen jornadas de entrega de Cédulas en Santa Rosalía!!, el pueblo de mi búsqueda apareció de la nada, como un barco que emerge del fondo del mar.

Llamo a un periódico conocido de la región, pregunto por un periodista que sepa del pueblo, me dice la voz de un pasante nervioso “Allí no tenemos a nadie, para decirte la verdad tenemos meses escribiendo de correos que nos mandan policías y personas desde allá”.

Hay policías!! Poliburoz existe!!

Apoyo de la gente

En este punto, con más preguntas que respuestas, recurro a la última instancia, comienzo a preguntar a la gente por las redes sociales, empiezo a escribirle a personas y curiosos de la región, a ver si tengo suerte.

A la par, decidí hacer esta nota en el blog, para contar lo curioso que se ha vuelto hasta reconocernos en un país hermoso que intenta todos los días ser mejor, pero que no deja su pasado de desidia, tristeza, abandono.

Espero poder escribir una segunda parte con fotos desde Santa Rosalía, porque he decidido ir en persona tras la información que necesito

viernes, 9 de agosto de 2013

Soy tu orgullo porque tu eres mi ejemplo


Que difícil se hace escribir cuando te palpita el corazón y se te corta el aliento. Es muy sencillo dedicar líneas en este blog cuando uno está bien, pero más interesante se vuelve hacerlo cuando uno está pasando por momentos, que seguramente alguno de ustedes ya pasó o pasará.

Un ejemplo de vida
Mi experiencia en este mundo me ha llevado a entender cosas claramente, uno muere como nace, puede ser que aprenda en el camino, pero en esencia se es lo que se decide ser desde los primeros pasos de la vida.

De allí que gente que no quiere hacer daño, pero que aprenda a herir, no podrá evitarlo, al igual gente que sea sensible no podrá contradecir su naturaleza nunca. Lo mejor es aceptarse con sus virtudes y defectos.

Yo fui afortunado, porque Dios me dio 3 padres, tal cual como lo lee, mi padre biológico, un trabajador de la electricidad que me ha enseñado a sudarse el dinero honestamente. Un padre espiritual, un cura agustino de nombre Elías López Diez que me enseñó a ver a Dios con otros ojos y tener una relación cercana con el creador. Y mi abuelo, que lo es todo, mi modelo de vida, quien me enseñó a obrar grande en el más humilde y profundo silencio.

Todos los que conocen a mi abuelo saben que habla poco, siempre con su palillo en la boca y su café fue un hombre que aruñó la tierra cuando tenía 7 años, y desde entonces lo único que sabía era trabajar. Una vez me dijo: "si estás enfermo el mejor remedio es el trabajo".

A sus 70 y dele años aún levantaba una pala llena de arena para enseñarme a palear. Gracias a sus enseñanzas construí con mis manos y las de mi padre el lugar donde vivo con mi esposa. El primer hogar.

Mi abuelo, hombre de pocas palabras pero muchas acciones ha sido objeto de cita de innumerables artículos de este blog, porque aunque sus palabras siempre fueron las justas, todas fueron sabias.

Una vez dándome la cola para uno de mis tantos inventos me dijo "no hagas nada que te haga perder el tiempo, si quieres perder el tiempo hazlo, pero no digas que haces algo para perder el tiempo".

Franco, directo, humano, atento, y el más honesto de todos los hombres que he conocido. La justicia como la conozco la aprendí de él.

En mi cabeza tengo todas sus frases, con su voz se repiten una y otra vez. En una oportunidad, tenía yo 9 años, llegué corriendo a su trabajo diciéndole "abuelo en qué te ayudo" y su frase fue directa: "Mucho ayuda el que no estorba".

Mis tiempos no son como los de mi abuelo, lamentablemente Dios me dio tecnología, amigos, tiempo muerto, más dinero y menos esfuerzo, pero lucho cada día para que, por lo menos en un 10% pueda parecerme a él.

Quisiera que un día mi nieto tomara este blog, seguro ya viejo para entonces, y en una nota publicara algo similar a lo que yo hoy hago, entonces sabré que alcancé parecerme en algo a mi abuelo, y cumplir con esa frase que le dije hace un año y medio, cuando me dijo que estaba orgulloso de mi y yo le dije "soy tu orgullo porque tu eres mi ejemplo".

jueves, 8 de agosto de 2013

Jugar L2 es hacer comunidad


Las personas se preguntan, cómo es posible que una persona de 30, 40 ó 50 años esté pegado en un "juego tonto" sin considerar algunos aspectos importantes que tiene el Lineage 2.

Ya he escrito algunos artículos sobre este tema: Como subir el clan de nivel en L2

Como todo juego le permite a la mente despejarse, librar un buen rato el descanso merecido para desintoxicar algunos procesos mentales y hasta biológicos.

Si bien, como todo, en exceso puede llegar a ser nocivo para la salud, sobretodo cuando el juego se mezcla con el consumo exagerado de comida chatarra, y la interferencia con la vida real. Estas consecuencias están más relacionadas con la estructura mental de la persona, y su autocontrol.

Como siempre le digo a mis amigos, el "gamer enfermo" no es por ser jugador, es porque sería enfermo en el L2, y con cualquier otro entretenimiento que decida tomar.

En cuanto a hacer comunidad, lo más importante es que quienes estén detrás de los servidores del juego sean personas responsables y quieran ponerle mucha vida al servidor. Si el Game Master no le coloca entusiasmo al espacio de juego, pues muy rápido se nota que aquello no es más que una plataforma virtual.

Cuando el GM es respetuoso y atento, hay reglas en las comunidad y los miembros las respetan, el L2 se transforma de un simple conjunto de pixeles a un mundo virtual en el que personas y personalidades coinciden para habitar y compartir.

Como sucede en el mundo real, la rivalidad no se hace esperar entre los clanes, sociedades con cultura en común, que deciden aliarse o enfrentarse por placer, interés o ganas de destrucción.

Para quienes venimos de jugar durante 14 años o más AD&D y cualquier juego de rol, esto es totalmente emocionante, porque ves lo que antes imaginabas.

En este post copio la imagen de uno de los mejores servidores que he jugado por el ánimo y la atención que le ponen sus GM, ahora vuelve a abrir con el nombre de Elysion. Es un espacio argentino pero en él hay gente de todo el continente.

Les invito si tienen su clan o quieren ver que es esto del L2 que visiten http://www.l2elyseo.com.ar/ allí estará una buena comunidad lista para darles un espacio y construir unas horas de buen entretenimiento.

miércoles, 31 de julio de 2013

Aléjate de las personas pesimistas



Imagen de Quino

Ese viejo dicho que señala “una manzana podrida es capaz de dañar todo un saco” no es mentira, y se aplica por completo a nuestras vidas y espacios sociales.

A veces te puede pasar que sientes una tristeza que no tiene explicación, y por más que lo piensas, no encuentras en tu vida alguna circunstancia que pueda explicar el origen de tu malestar.

¿Realmente te has puesto a analizar tu entorno?, si hay personas a tu alrededor que tiendan a ver las cosas de forma negativa, entonces no debes buscar más, son ellas la razón de tu tristeza.

Somos seres sociales, por ende, los otros pueden influenciar nuestros pensamientos sobre las cosas, los momentos y las maneras en que las percibimos. Pero además pueden transmitirnos, como lo hacen otros mamíferos, sus emociones y sentimientos.

De allí que decir que la tristeza y la negatividad son contagiosas como una gripe es totalmente cierto.

Las personas que tienden a asumir posiciones negativas sobre todo lo que le rodea tienden a contagiar como una pandemia su estado, logrando que otras personas pierdan sus puestos de trabajo, parejas, y hasta objetos u oportunidades.

Hay un viejo dicho popular que plantea no contar a nadie las propuestas que te sean hechas para que se te den, y tiene su justificación en que las personas son capaces de arruinar tus logros con su negatividad.

Es por ello importante mantener alejadas de las decisiones de tu vida a las personas negativas y problemáticas. Lo que no quiere decir que dejes de tratarlas, pero sí que no permitas que sus estados emocionales y argumentos tengan peso en las decisiones y acciones que asumas en tu propia vida.

Tu mente es como un campo fértil, si permites que malas hierbas se planten en él, crecerán ideas negativas, pero si controlas lo que siembras, tendrás un campo florido hasta durante las tempestades.    

miércoles, 26 de junio de 2013

El no hacer como acción saludable




¿Cuántas veces has actuado apresuradamente ante una situación en la vida?, estarás en este momento disparando cientos de imágenes del pasado reciente que recuerdas y las cuales hasta de forma vergonzosa hubieras preferido que nunca ocurrieran.

¿Cuántas veces has huido de un espacio, lugar o momento que merecías disfrutar?, igualmente debes estar pensando en muchas situaciones.

¿Cuántas veces te has dejado apoderar por un impulso destructor o de ira y has dicho o hecho cosas tan terribles que hubieras preferido evitarlas?

Aunque no lo creas la respuesta a todo esto es sencilla de escribir y muy difícil de practicar, la herramienta para evitar estos momentos consiste en el “no hacer”.

La práctica del no haré

Es una cuestión de ejercicio, para poder acondicionar a la mente a este principio tan desarrollado por el Thao y por creencias como el Budismo.

Una buena representación del beneficio de aplicar esta técnica de forma práctica nos la demostraría la hipotética situación de un buzo que se quedara de pronto sin aire a unos cuantos metros de profundidad.

Si actuara impulsado por sus miedos, se desesperaría y comenzaría a malgastar su aire y moriría ahogado, y si se molestara se hundiría y dejaría morir de la rabia. En ambos casos el destino sería el mismo.

Si no actuara tuviera unos segundos para tomar el control de la situación, analizarla desde otra perspectiva y buscar una solución que, a lo mejor, le permitiría salir de un problema que compromete su vida.

En eso consiste en Actuar No Actuando, no quiere decir que te quedes sentado a esperar que todo pase, se refiere a no hacer nada que rompa el equilibrio entre tu alma, tu cuerpo, tu mente y el Universo.

Recuerda que no podemos decidir qué nos pasará mañana, más si tenemos el poder de decidir como actuar ante lo que nos pasa.    

viernes, 5 de abril de 2013

La integridad en el Tao



Una de mis anécdotas favoritas involucra a mi abuelo, una mañana me ofreció galletas en un vaso con Coca Cola y yo le coloqué cara de asco- “esto es horrible”, y el me dijo “es muy bueno”, a lo que le pregunté “¿Cómo lo sabes?” y su respuesta fue profundamente filosófica “porque la he probado y me encanta”.

Lo más sencillo
¿Quién puede contradecir a un abuelo?, creo que nadie, porque los lazos afectivos y de experiencia en vida siempre le dan razón, además que realmente aquella mezcla resultó ser divina.
Así es el Tao, leer sobre él, estudiar y analizar no sirve más que para tener una referencia escrita, hay que empezar “a andar hacia el camino” para entender dos cosas.
La primera, comprender algunos principios del Tao puede llevarte toda la vida, y la segunda es que justamente entendiéndolos estás disfrutando del Tao.
El Tao no es una filosofía para ser aprendida, es para ser aprehendida, por ello sólo se le conoce si se le vive, algo así como la experiencia de mi abuelo con sus galletas y refresco.

Integridad y Tao

Según la Real Academia Española de la Lengua, Integridad es la cualidad de ser íntegro, que como adjetivo se refiere a no carecer de ninguna de sus partes, y a su vez califica también a una persona como recta, proba, intachable.
En esta definición está escondido uno de los principios más importantes del Tao.
Entendiendo que las personas están conformadas por partes, siendo su cuerpo una de ellas, su mente y su espíritu las otras dos, una persona íntegra es aquella que no carece de alguna de sus partes.
La carencia puede ser por la no existencia, pero también por la ausencia, entonces tener espíritu o mente disociadas del cuerpo, o tener a las tres partes bailando un joropo cada una por separado también se considera una carencia.
La integridad es la unificación bajo una misma línea de mente, cuerpo y alma. Esa misma capacidad trae como consecuencia uno de los tesoros más buscados por la humanidad, la paz interior.
Como si se tratase de un vaso de galletas con refresco, las galletas solas no pueden contener todo el sabor, el refresco solo tampoco, es su combinación lo que produce la esencia.
Para poder caminar en el Tao es necesario invertir tiempo para alinear las partes del ser bajo un mismo principio, si no se estaría estancado, porque un ser no puede avanzar si alguna de sus partes está en otra vía o sintonía.
Tan solo el equilibro de las tres partes pudiera ocuparnos varios años, pero de eso se trata, la alineación se logra por experiencia.
Al alcanzarlo, se abre ante nosotros el Tao, ese camino a recorrer para conectarse con el Universo.

Joe Carroll y la integridad

Evidentemente la integridad se puede alcanzar sin lograr conseguir el Tao, un ejemplo de ello es Joe Carroll, un asesino en serie que logra alinear su cuerpo, mente y espíritu bajo una misma premisa, ser un asesino despiadado.
Esa integridad le convierte a Carroll en una fortaleza inexpugnable de la maldad, por eso es que la definición de la RAE sobre la cualidad de integridad también conlleva el camino recto, allí donde está el Tao The King o Dào Dé Jing, que es simplemente el camino que se sigue hacia la realeza, visto desde la definición de que lo real en Oriente es lo correcto e intachable.

Empezar a caminar hacia el Tao

Sin duda es emocionante iniciar un camino al encuentro del Tao, muchas disciplinas como la Yoga y el Tai Chi centran sus conocimientos sobre el ancestral Tao, por eso practicarlas es una forma de aprender a elaborar el refresco con galletas.

Les invito a descubrir la emocionante aventura de conseguir el Tao, ¡no se arrepentirán!