Un ejemplo de vida
Mi experiencia en este mundo me ha llevado a entender cosas claramente, uno muere como nace, puede ser que aprenda en el camino, pero en esencia se es lo que se decide ser desde los primeros pasos de la vida.
De allí que gente que no quiere hacer daño, pero que aprenda a herir, no podrá evitarlo, al igual gente que sea sensible no podrá contradecir su naturaleza nunca. Lo mejor es aceptarse con sus virtudes y defectos.
Yo fui afortunado, porque Dios me dio 3 padres, tal cual como lo lee, mi padre biológico, un trabajador de la electricidad que me ha enseñado a sudarse el dinero honestamente. Un padre espiritual, un cura agustino de nombre Elías López Diez que me enseñó a ver a Dios con otros ojos y tener una relación cercana con el creador. Y mi abuelo, que lo es todo, mi modelo de vida, quien me enseñó a obrar grande en el más humilde y profundo silencio.
Todos los que conocen a mi abuelo saben que habla poco, siempre con su palillo en la boca y su café fue un hombre que aruñó la tierra cuando tenía 7 años, y desde entonces lo único que sabía era trabajar. Una vez me dijo: "si estás enfermo el mejor remedio es el trabajo".
A sus 70 y dele años aún levantaba una pala llena de arena para enseñarme a palear. Gracias a sus enseñanzas construí con mis manos y las de mi padre el lugar donde vivo con mi esposa. El primer hogar.
Mi abuelo, hombre de pocas palabras pero muchas acciones ha sido objeto de cita de innumerables artículos de este blog, porque aunque sus palabras siempre fueron las justas, todas fueron sabias.
Una vez dándome la cola para uno de mis tantos inventos me dijo "no hagas nada que te haga perder el tiempo, si quieres perder el tiempo hazlo, pero no digas que haces algo para perder el tiempo".
Franco, directo, humano, atento, y el más honesto de todos los hombres que he conocido. La justicia como la conozco la aprendí de él.
En mi cabeza tengo todas sus frases, con su voz se repiten una y otra vez. En una oportunidad, tenía yo 9 años, llegué corriendo a su trabajo diciéndole "abuelo en qué te ayudo" y su frase fue directa: "Mucho ayuda el que no estorba".
Mis tiempos no son como los de mi abuelo, lamentablemente Dios me dio tecnología, amigos, tiempo muerto, más dinero y menos esfuerzo, pero lucho cada día para que, por lo menos en un 10% pueda parecerme a él.
Quisiera que un día mi nieto tomara este blog, seguro ya viejo para entonces, y en una nota publicara algo similar a lo que yo hoy hago, entonces sabré que alcancé parecerme en algo a mi abuelo, y cumplir con esa frase que le dije hace un año y medio, cuando me dijo que estaba orgulloso de mi y yo le dije "soy tu orgullo porque tu eres mi ejemplo".
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