Hoy miraba como flotaba un barco en el puerto, me sorprendía la capacidad de algo tan grande y pesado de mantenerse a flote, atado y en un agua tan calma.
Los pequeños golpes del agua contra el casco era lo único que rompía el silencio. Y yo pensaba en las palabras como aquél barco, capaz de flotar en medio del mar de ruidos y voces.
Las palabras te pueden hacer navegar, en un viaje maravilloso y único, a través de calmadas aguas y paisajes inolvidables, y también pueden meterte en verdaderas tempestades, con olas gigantes, y amenazas constantes.
¿Hacia dónde han decidido navegar tus palabras?