domingo, 31 de mayo de 2009

Dos malos amores: El no correspondido y el prohibido

Imagen tomada de: http://www.geo.uu.nl

Si no fuera suficiente con las experiencias vividas, cual novela de la recientemente fallecida Corín Tellado, es difícil comprender que el destino lo lleve a uno a vivir algo tan duro como el encuentro de dos fuertes ríos, uno profundo, el del amor no correspondido, y otro caudaloso, el del amor prohibido.

El río más hondo.
Es suerte de aquél que es enamoradizo, decía mi abuela sin darle importancia, porque parece que es común que en el Mundo exista gente que ama con fuerza cada molécula de todo aquello que esta vivo… Desde su perro, hasta su sombrero más bonito, pasando por las hormigas y las abejas.
Yo particularmente tengo la facilidad de amar la magia que encierran las mujeres, absolutamente todas me parecen hermosas, sin distinción de ningún tipo. Sólo un par de detalles debe tener la mujer para ser maravillosa, considerarse realmente mujer y ser interesante.
Yo tengo una especie de suerte o cábala que invita a que se me acerquen mujeres sumamente interesantes, pero a la par, sumamente difíciles o imposibles de corresponderme…
Es un estado constante, no esquivo una, si fuera un apostador en un juego de azar sería el más rico de todos, porque siempre tengo la puntería de apostarle a ganadora para que muy gentilmente, o de forma ruda, se me de a entender que soy excelente, maravilloso… Pero… siempre el maldito pero… no es correspondido lo que siento.
Eso, más la extraña configuración mental femenina que hace que todas esas mujeres interesantes me consideren su amigo, su mejor amigo, hacen revolotear mi corazón con frases como las que dice Delgadillo, “No me pidas ser tu amigo…”
Y robándole otra frase a Fito, todo lo que pude sentir, todo está sellado en mi alma…


El más caudaloso
Es extraño, es ese amor que te invita a lanzarte como un caudal de agua sobre los labios de la persona que amas, pero mientras tu mente vuela a sitios impresionantes, aún estando ella presente o ausente, tu cuerpo se paraliza, se detiene como el tiempo, como una eterna noche.
Y ante tus ojos llega otro que la ama, la toma, la besa, y obtiene de ella todo su amor, mientras tu debes quedar en silencio, en el olvido, con tu imaginación y tus “ojala” como un cuento que algún día alguien dirá sonriendo.
En el mejor de los casos, quedando como un bonito tilo para el ego de la persona que jamás responderá a tus deseos.
Y te ríes, con esa risa de lo imposible cada vez que la piensas, entendiendo que jamás volverá a tu lado, tiene prohibido corresponderte.


Llegando al Delta
Mi esperanza radica en que ni el más caudaloso, ni el más profundo río pueden sobreponerse al mar de la vida, y su destino es un hermoso delta… Donde las aguas toman otro rumbo.