Una de mis anécdotas favoritas involucra a mi abuelo, una
mañana me ofreció galletas en un vaso con Coca Cola y yo le coloqué cara de
asco- “esto es horrible”, y el me dijo “es muy bueno”, a lo que le pregunté
“¿Cómo lo sabes?” y su respuesta fue profundamente filosófica “porque la he
probado y me encanta”.
Lo más sencillo
¿Quién puede contradecir a un abuelo?, creo que nadie,
porque los lazos afectivos y de experiencia en vida siempre le dan razón,
además que realmente aquella mezcla resultó ser divina.
Así es el Tao, leer sobre él, estudiar y analizar no sirve
más que para tener una referencia escrita, hay que empezar “a andar hacia el
camino” para entender dos cosas.
La primera, comprender algunos principios del Tao puede
llevarte toda la vida, y la segunda es que justamente entendiéndolos estás
disfrutando del Tao.
El Tao no es una filosofía para ser aprendida, es para ser
aprehendida, por ello sólo se le conoce si se le vive, algo así como la
experiencia de mi abuelo con sus galletas y refresco.
Integridad y Tao
Según la Real Academia Española de la Lengua, Integridad es
la cualidad de ser íntegro, que como adjetivo se refiere a no carecer de
ninguna de sus partes, y a su vez califica también a una persona como recta,
proba, intachable.
En esta definición está escondido uno de los principios más
importantes del Tao.
Entendiendo que las personas están conformadas por partes,
siendo su cuerpo una de ellas, su mente y su espíritu las otras dos, una
persona íntegra es aquella que no carece de alguna de sus partes.
La carencia puede ser por la no existencia, pero también por
la ausencia, entonces tener espíritu o mente disociadas del cuerpo, o tener a
las tres partes bailando un joropo cada una por separado también se considera
una carencia.
La integridad es la unificación bajo una misma línea de
mente, cuerpo y alma. Esa misma capacidad trae como consecuencia uno de los
tesoros más buscados por la humanidad, la paz interior.
Como si se tratase de un vaso de galletas con refresco, las
galletas solas no pueden contener todo el sabor, el refresco solo tampoco, es
su combinación lo que produce la esencia.
Para poder caminar en el Tao es necesario invertir tiempo
para alinear las partes del ser bajo un mismo principio, si no se estaría estancado,
porque un ser no puede avanzar si alguna de sus partes está en otra vía o
sintonía.
Tan solo el equilibro de las tres partes pudiera ocuparnos
varios años, pero de eso se trata, la alineación se logra por experiencia.
Al alcanzarlo, se abre ante nosotros el Tao, ese camino a
recorrer para conectarse con el Universo.
Joe Carroll y la
integridad
Evidentemente la integridad se puede alcanzar sin lograr
conseguir el Tao, un ejemplo de ello es Joe Carroll, un asesino en serie que
logra alinear su cuerpo, mente y espíritu bajo una misma premisa, ser un
asesino despiadado.
Esa integridad le convierte a Carroll en una fortaleza
inexpugnable de la maldad, por eso es que la definición de la RAE sobre la
cualidad de integridad también conlleva el camino recto, allí donde está el Tao
The King o Dào Dé Jing, que es simplemente el camino que se sigue hacia la
realeza, visto desde la definición de que lo real en Oriente es lo correcto e
intachable.
Empezar a caminar
hacia el Tao
Sin duda es emocionante iniciar un camino al encuentro del
Tao, muchas disciplinas como la Yoga y el Tai Chi centran sus conocimientos
sobre el ancestral Tao, por eso practicarlas es una forma de aprender a
elaborar el refresco con galletas.
Les invito a descubrir la emocionante aventura de conseguir
el Tao, ¡no se arrepentirán!
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