lunes, 3 de noviembre de 2008

¿Miedo yo?

Imagen tomada de Internet

Yo siempre le he temido a las alturas, más cuando estoy parado en un espacio pequeño o cerrado y a una gran distancia del suelo, de pequeño esa gran distancia la marcaba la altura del taburete que tenía mi abuela en la cocina.
Siempre le tuve miedo al taburete, veía a mi abuela subirse y me daba pánico, podía llorar si me sentaban encima de él, hasta que descubrí lo sabrosas que eran las galletas de mantequilla que hacía mi abuela y que guardaba en una lata de Puig en el último estante de la repisa, desde entonces me volví el mejor equilibrista sobre taburetes de toda mi cuadra, ¡record que aún conservo!...
Miedo
Cinco letras que todos conocemos o hemos oído nombrar, que en algún momento de la vida todos hemos pasado, y con buena suerte hemos superado. No todos superamos los miedos, y no siempre superamos todos los miedos que nos acosan, a veces hay algunos que se vuelven muy fuertes y se lanzan con sus dientes para incapacitarnos, hostigarnos, y no dejarnos vivir.
Los miedos han acompañado al hombre desde el principio de su existencia, y tal vez el más grande todos los miedos, el temor a lo desconocido, es tan antiguo como el mismo hombre.
Entre los miedos más comunes están: el miedo a las alturas, a los grandes espacios de agua, a estar encerrado, a estar entre mucha gente, a los insectos y a la muerte.
Cotufa me enseña
Mi pequeña leona, que realmente es una perrita Puddle de 9 años, desde siempre me ha enseñado buenas lecciones, viéndola he aprendido mucho de la vida canina, y en estos días que he estado pensando hacer este artículo, me he quedado viéndola a ver si me da respuestas sobre como enfrentar el miedo.
Para los psicólogos conductistas el miedo hay que vencerlo con un cambio de conducta, afrontándolo y manejando la mente para vencer aquello que nos atemoriza. Y es esta la mejor respuesta humana ante los miedos, cuando son muy fuertes siempre los médicos ayudan con psicoterapia y medicamentos recetados para contrarrestar los síntomas físicos del pánico.
Pero mi Cotufa, así se llama mi perra, me ha dado claves para enfrentar esos miedos leves, esos que son comunes…
En estos días la observé detenidamente, ella suele subirse a mi cama y babearme los dedos de los pies hasta que se queda sin saliva y logra despertarme, a veces tan solo se sube y acuesta entre mis dos piernas buscando calor y amor, y comienza a mingonear.
Pero me sorprendió en estos días, porque se subió a la cama y cuando me desperté lo hice como de golpe, y ella se asustó mucho, quiso bajar de la cama corriendo, pero la cama representa una gran altura para ella. Asustada, vio el suelo y se atemorizó mucho más, yo me quedé viéndola cuestión de segundos, y en esa fracción ella miró hacia delante, a la puerta del cuarto, y se lanzó…
Chocó con mis cholas y la alfombra, pero siguió hasta la puerta sin detenerse, una vez en la puerta suspiró me vio y se dio media vuelta hacia la sala.
La reacción de Cotu me dio una clave para enfrentar los miedos, que tiene que ver con siempre pensar en que viene después de superar esa situación que nos atemoriza…
Pensaba en las ricas galletas y la satisfacción de comerlas, y me di cuenta que para vencer los miedos lo que más hace falta es estar motivados a hacerlo.
Un objetivo motivador, y una clara mentalización para centrar nuestras energías en lo que viene después de pasar el momento de miedo, es suficiente para comenzar a superar con éxito la batalla contra el temible Terror.
Así que anímense, y vayan detrás de esas galletas de mantequilla que tanto se han prohibido en la vida por no querer afrontar sus miedos, ¡el resultado final siempre valdrá la pena!

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