A veces siento que pasan siglos desde que no escribo, pero realmente apenas es un mes, lo que habla no tanto del tiempo sino de la intensidad con que llevo este acuerdo de realidad, que decidimos llamar vida.
Ante la adversidad
En estos días Jaime Leal decía en su programa que somos responsables del punto al que hemos llevado nuestra vida, de lo bueno y de lo malo. Y tenemos que reconocer esa responsabilidad.
Pero es complejo dejar de juzgarse por las situaciones que bien pudimos haber evitado, y aunque montamos un juicio en vano, porque estamos procesándonos casi judicialmente por algo que está en el pasado y ya no existe, aún así, muchas veces no nos detenemos para ser crueles con nosotros mismos.
La cuestión no está en juzgarse, sino en asumir el punto en el que se encuentra tu vida, y desde allí tomar las riendas de la misma, entendiendo que cada decisión será un paso en la dirección que nosotros mismos queremos darle.
No es secreto para ninguno que el Mundo vive un momento de crisis, en muchos ámbitos, los sistemas tradicionales colapsan, y surgen nuevas formas de hacer lo que se nos era cotidiano. Un ejemplo de este salto sencillo, antes colocábamos a cargar el celular apenas llegábamos a casa, mientras revisábamos el correo por la computadora, ahora hacemos todo con el celular antes de llegar a casa.
El Mundo se transforma y en este proceso se nos exige adaptación. Palabra que compromete en nuestro caso, a la complicada red de pensamientos y estructuras mentales.
Un pensamiento flexible nos permite abordar los cambios con serenidad, y lograr adaptar nuestras formas de vivir y sentir al acelerado y brusco proceso de transformaciones en el que nos encontramos.
Ver al otro
Es impensable poder adaptarnos a los nuevos tiempos sin reconocer al que tenemos al lado. Las redes sociales, los fenómenos políticos, las realidades nacionales y las relaciones entre los países nos piden un cambio en la forma en que convivimos.
Podría atreverme a decir que estamos viviendo el final de la era de la individualidad, ya el hombre que piensa en si mismo y sus beneficios se vuelve invisible, asocial, relegado y abandonado.
El nuevo orden del Mundo nos compromete, acerca a las personas en un intento de convivencia relativo. Si bien mediada por artefactos, cada vez más alejada de poderse mentir y no mostrar al otro lo que se cree, piensa y siente sobre su realidad.
Es en esta interacción, que la posibilidad de adaptarse parte de darle la mano al otro, acompañar iniciativas, incorporarse a movimientos, proyectos colectivos.
Sólo una mente flexible es capaz de escapar del laberinto personal impuesto, para acercarse sin miedo al contacto con los otros.
No es sencillo, se nos exige hacer un ejercicio al que no estamos acostumbrados frecuentemente, se nos exige comunicarnos efectivamente.
Nuevas señales de humo
Aunque este tema daría para varios post, puedo compartir con ustedes esas nuevas maneras de comunicación efectiva que se nos exigen en el proceso adaptativo actual.
Hablemos de las transformaciones, normalmente en una interrelación directa con otro, estamos casi seguro que nos comunicamos, y ya sabemos que esto no siempre es así. No es solamente que el otro me oiga, sino que me entienda, me responda, y realicemos acciones sobre lo tratado luego de interactuar. Esto casi nunca se logra, o se queda a la mitad.
Repensando este proceso en la actualidad, es casi imposible dejar el acto a la mitad, las redes sociales presionan en el seguimiento de lo tratado, a través de la interacción en tiempo real se profundiza en las ideas previas y las conclusiones sobre los puntos tratados. Se elaboran acuerdos de inmediato. Es imposible escapar.
El nuevo discurso no puede ser temporal y fingido, porque el interlocutor realiza un seguimiento diario de nuestro discurso, lo examina, compara, analiza, y de encontrar inconsistencia o incoherencia rompe la relación de comunicación.
La retórica se ve resumida a su mínima expresión, en 140 caracteres del twitter no caben premisas y conclusiones.
Las decisiones son casi binarias, se asumen o no se asumen, no hay desperdicio de discurso en los procesos de acuerdo o desacuerdo.
Estas son algunas ideas sueltas de la transformación compleja del proceso de comunicación que estamos viviendo.
En todas ellas vemos la necesidad de pensar diferente, soltar las amarras del aislamiento, la introversión, y compartir el SOY con otros. Un proceso sumamente complejo que requiere de entrenamiento para nuestra mente.
Ideas que practico para el pensamiento flexible
No se me hace fácil, la máquina se estropea y uno se pone negativo, pero tan sólo intentarlo produce cambios…
Autoconfianza (me repito a diario) | Sé quién soy… A dónde llego tengo espacio, porque mis ideas forman parte de este Mundo. |
Espontaneidad | Sé que puedo ser como soy, mi originalidad no molestará a nadie si no le ofendo. |
Auto Control | Mi cuerpo hace lo que yo le pido, mis pensamientos me obedecen… Soy mucho más que mis pensamientos. Mis sentimientos no me acosan, me respaldan. |
Cercanía | No debo temerle al otro, él no puede herirme si yo no se lo permito. El otro sólo tiene el poder y la autoridad que yo decida darle y cómo yo lo decida otorgar |
Momentos de lectura
Aparte de estas ideas sueltas, les recomiendo buscar el libro del profesor y doctor Dan Custer “El Milagroso poder del Pensamiento”, el de Miguel Ruiz “Los Cuatro Acuerdos” y las conferencias por internet y los libros de Jaime Leal.
Formas inteligentes para ayudar a nuestro pensamiento, nutrirlo con sabiduría y visiones del Mundo para ayudarlo a ser flexible y que alcance la posibilidad de escapar de nuestro laberinto al encuentro con los otros…
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