jueves, 22 de junio de 2023

No nos hundamos en la deshumanización

 

Foto: Francesco Ungaro.

Hoy se ha confirmado lo que todos esperábamos, aunque siempre había quien le hacía espacio a la esperanza. Al final ese inhóspito e inmenso vacío del Océano nos vuelve a demostrar lo vulnerables e insignificantes que somos, aún dentro de nuestro propio Planeta.

Hoy la noticia de la implosión del submarino Titan con sus 5 tripulantes nos sobrecoje a todos. Porque no murieron 5 millonarios, no...

Murieron 5 personas más en el mar, como los pescadores que mueren en su faena, o los pobres hermanos que embarcan en Pateras, mafias para ganar dinero, y dejan a su suerte en el Mediterráneo.

Hoy, la realidad es que faltarán 5 padres en casa, y 5 tíos no podrán abrazar a sus sobrinos, 5 abuelos no verán a sus nietos, y 5 esposos no abrazarán a sus parejas. 

De esos 5 seres, sólo nos queda su historia, su vida y su paso por esta tierra, con lo bueno y lo malo que pudieran haber hecho. 

Pero sí hay algo que podemos rescatar de su historia, y que los suma al grupo de los que han muerto en misiones espaciales, o cuando probamos los primeros aviones. Es ese espíritu curioso, que es cualidad de ser humano.

Lo que no podemos perder en la oscura profundidad de esta historia es nuestra sensibilidad ante el concepto de la vida, es incomprensible como se le puede menospreciar, a tal punto de compararla, etiquetarla, hacerla meme, o politizarla. 

Hay que colocarse en los zapatos de hijos que no verán llegar a casa a sus padres, nietos que no verán a sus abuelos, esposas que perdieron a sus parejas. Y no cabe otro análisis, la verdad. Y es el mismo que se debe aplicar para una patera creada por mafias que se parte en el mar, o para un submarino de una empresa privada. 

Es una tragedia.  

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