martes, 7 de noviembre de 2023

Tengamos una idea sobre la realidad

 La única verdad es la realidad.

Aristóteles


Foto de: Ekaterina Mitkina


Llevo días pensando sobre la verdad y la realidad. En estos días escuchando algunas reflexiones de Carrot Adventure  volvió a mi cabeza aquella frase que se le atribuye al Filósofo griego y discípulo de Platón, y con la cuál comienzo este post. 

Fue Aristóteles un fiel ejemplo de sus propias ideas, pues abandonó la corriente de la Academia de Platón para caminar su propio sendero, lo que no sólo signó toda su vida y obra, convirtiéndolo en padre del Método Científico, sino que su legado influye, aún hoy, a muchos filósofos y científicos. Fue un hombre capaz de saber de muchas cosas, casi todas las posibles para su época, y saberlas bien. Vamos, toda una envidia, como dice David Deutsch en su libro sobre La Estructura de la Realidad (Anagrama, 1999).

Es este mismo autor, Deutsch, quien se atreve a abrir la Caja de Pandora sobre una revisión de la teoría sobre la estructura de la realidad, y no le resulta nada sencillo abrir la puerta a la luz de lo que, muchos, damos por sentado cuando salimos a la calle a caminar.

¿Qué es la realidad?

Podemos afirmar, como lo hizo Aristóteles, que la única verdad es la realidad, si consideramos a la realidad sólo como el mundo físico. Hasta allí, pudiéramos acordar que hemos llegado a un buen puerto... pero lamentablemente, no, no es así.

Es tan sencillo, como considerar que si Aristóteles tuviera la oportunidad de usar los medios actuales de investigación científica, seguramente se replantearía su propia frase. Porque la realidad no es algo que todos percibamos por igual.

No todos tenemos los sentidos igual de agudizados, no todas las mentes procesan la información igual. Es más, no todos tenemos los mismos intereses, lo que media en la forma en que damos valor a la información que nutre nuestra percepción de una "realidad"

Como apasionado de la semiótica, me voy a ir a un lugar seguro, y traeré a Charles Sanders Peirce para hablar sobre cómo decodificamos esa realidad. Parafraseando a Peirce, existe un objeto o un sujeto que es "tal cuál como es, en su forma positiva" y sin referencia a nada más... luego, existe ese objeto referenciado a través de "cualidades, apariencias o posibilidades" (signos) y posteriormente, una relación en ambas vías con la interpretación de unos terceros sobre los mismos.

Hasta donde hemos podido avanzar en nuestros estudios sobre la forma en que percibimos la realidad, nuestro cerebro media y procesa en diferentes niveles la información, pero previamente nuestros sentidos ya han mediado con ella, y esa mediación proviene de una serie de instrucciones previas que ya les ha dado nuestro propio cerebro, basado en nuestras experiencias vitales.

Piense en una persona que le tiene miedo a volar, pero nunca ha volado. La primera vez que suba a un avión (sin mediación terapéutica) estará con sus sentidos mucho más agudizados para percibir los ruidos del motor, las vibraciones del suelo del avión, o los movimientos "aparentemente bruscos" que den cualquier información para validar sus miedos. "¡Era verdad, era verdad, volar te puede matar!" 

Pero es muy probable que esa misma persona, u otra, fume dos o tres cajas de cigarrillos al día, sin tener sus sentidos tan predispuestos ante el peligro real (mucho más real) de morir por los efectos nocivos del cigarro.

De allí, que la percepción de nuestra realidad ya está mediada y condicionada por nuestras experiencias previas, y por nuestros valores, creencias, y un sin fin de aristas muy complejas que forman el entrelazado de la funcionalidad de nuestra mente. 

Partiendo de este punto, podemos atrevernos a decir que la mente construye la realidad, y la realidad da forma a la mente, en una relación que: "...Y si es que nos vemos obligados a utilizar lenguaje metafórico, dejemos que la metáfora sea ésta: la mente y el mundo construyen conjuntamente la mente y el mundo (o, haciendo la metáfora más hegeliana, el Universo construye el Universo- desempeñando nuestras mentes (colectivamente) un especial papel en la construcción." Hilary Putnam. (1988). Razón, verdad e historia. Madrid: Tecnos.

De allí que, nuestras ideas, en especial, aquellas que pueden lograr coincidir con las ideas de los demás, en esa relación simbólica interpretada por Peirce, sean capaces de modificar y construir nuevas realidades. Ya sean virtuales, o físicas.

Las ideas construyen realidades

Hoy colocaba este ejemplo en una amena conversación con una persona muy talentosa y curiosa, hablábamos sobre las estreamers femeninas famosas (realizadoras de transmisiones en directo), y la tendencia a la hipersexualización de su imagen personal como gancho para el incremento de sus audiencias. 

Saltando el evidente discurso machista, que mueve a una buena cantidad de público joven masculino a ver las transmisiones de estas jóvenes, aunque no sea admitido, menos en este momento. Hay en el fondo una construcción de una nueva realidad, en la que todos los que usamos las transmisiones en directo hemos acordado un cannon nuevo de éxito social. Y ese cannon es evidente, basta con repasar fotográfica y discursivamente a todas las estreamers famosas del momento.

¿Eso quiere decir que si una chica muy distinta desea ser una streamer famosa, está destinada al fracaso? 

No se puede afirmar ni negar, porque la misma idea de fracaso o éxito, que parece muy real, puede ser absolutamente relativa, ya que va a depender del grado de satisfacción de la chica que transmite el contenido, del número de su audiencia, de la temática, y de la reacción de su comunidad a la forma en que hace su contenido. Lo que en definitiva, es la construcción de una realidad, paralela, alejada de la realidad popular, pero que no deja de ser real.

Y si el cannon llegara a cambiar, en una sociedad, esta sociedad tan líquida como la definía Zygmunt Bauman, es muy probable que esta chica que no aparenta obstentar un éxito real, se convierta, de la noche a la mañana, en tendencia para el colectivo. 


En este post:

La estructura de la realidad. David Deutsch

Aristóteles: el filósofo que conoció todo

El Signo según Charles Sanders Peirce

La búsqueda de la realidad o de la verdad: una aproximación a partir de la teoría sociológica 





 

  

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